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El Espejo del Bosque

El Espejo del Bosque

2019

El río no fluye, espera. Se ha convertido en un espejo de ónix líquido, tendido para capturar el mundo y duplicarlo. Sobre su superficie oscura, los abedules de plata no crecen hacia el cielo, sino que se hunden en las profundidades de un mundo invertido y silencioso. Cada árbol, cada hoja, encuentra su doble, su alma líquida. La pintura nos invita a asomarnos a esta orilla, que es el borde de un espejo, y a preguntarnos qué vemos reflejado: ¿es solo un bosque o es el eco de nuestra propia calma interior? Es un paisaje que se contempla dos veces: una con la mirada y otra con el alma, buscando nuestro propio reflejo en su serena y profunda quietud.