Como en una confidencia, los tulipanes inclinan sus cabezas y se rozan suavemente. Unos están hechos con la luz del atardecer, sus pétalos un degradado perfecto del naranja al oro. Otros, guardan en su interior el misterio de la noche, un azul profundo y aterciopelado. Su piel parece de seda, tensa y fresca, y juntos crean una armonía de calor y frío, de energía y calma. Es una pintura que te invita a escuchar su murmullo silencioso, a sentir la calidez que emana del lienzo y a admirar cómo los colores más dispares pueden crear la más bella de las compañías.